martes, 12 de octubre de 2010

Síntomas...

Muchas veces...
El resfrío "chorrea" cuando el cuerpo no llora.
El dolor de garganta "tapona" cuando no es posible comunicar las aflicciones.
El estómago arde cuando las rabias no consiguen salir.

La diabetes invade cuando la soledad duele.
El cuerpo engorda cuando la insatisfacción aprieta.
El dolor de cabeza deprime cuando las dudas aumentan.

El corazón afloja cuando el sentido de la vida parece terminar.
La alergia aparece cuando el perfeccionismo está intolerable.
Las uñas se quiebran cuando las defensas están amenazadas.

El pecho aprieta cuando el orgullo esclaviza.
La presión sube cuando el miedo aprisiona
Las neurosis paralizan cuando el niño interior tiraniza.
La fiebre calienta cuando las defensas explotan las fronteras de la inmunidad.

El libro "La enfermedad como camino" (de T. Dethlefsen y R. Dahlke, editorial Plaza Janés) nos dice que las enfermedades indican una falta de equilibrio, y entender qué las produce puede ayudarnos a mejorar nuestra salud y a recobrar la armonía.
Así, … Todos los síntomas tienen un sentido profundo para la vida de la persona: nos transmiten mensajes del mundo espiritual, y de su adecuada interpretación dependerá nuestra capacidad de recuperarnos”.
“Es una estupidez enfadarse con el síntoma y absurdo tratar de suprimirlo impidiendo su manifestación. Lo que debemos eliminar no es el síntoma, sino la causa. Por consiguiente, si queremos descubrir qué es lo que nos señala el síntoma, tenemos que apartar la mirada de él y buscar más allá”.

Para empezar, a no callarse y expresarse libremente... ;-)

2 comentarios:

  1. Verdaderamente interesante...este espacio debería dar para mucho mas...tiene que dar para mas...un abrazo a quienes estamos en búsqueda de algo sano, bueno y expresivo en las palabras, a las que hoy parece lamentablemente tener poca importancia.

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  2. Gracias por tus palabras, Gerardo.

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