lunes, 25 de octubre de 2010

Tengo un sueño.

Tengo un sueño,
un solo sueño,
seguir soñando.

Soñar con la libertad
soñar con la justicia
soñar con la igualdad
y ojalá ya no tuviera
necesidad de soñarlas.

Soñar a mis hijos
grandes sanos felices
volando con sus alas
sin olvidar nunca el nido.

Soñar con el amor
con amar y ser amado
dando todo sin medirlo
recibiendo todo sin pedirlo.

Soñar con la paz
en el mundo
en mi país
en mi mismo,
y quién sabe
cuál es más difícil
de alcanzar.

Soñar que mis cabellos
que ralean y se blanquean
no impiden que mi mente
y mi corazón
sigan jóvenes
y se animen
a la aventura,
sigan niños
y conserven la capacidad
de jugar.

Soñar
que tendré la fuerza,
la voluntad
y el coraje
para ayudar
a concretar mis sueños
en lugar de pedir por milagros
que no merecería.

Soñar
que cuando llegue al final
podré decir
que viví soñando
y que mi vida
fue un sueño soñado
en una larga
y plácida noche
de la eternidad.

de Martin Luther King

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